¿Juguetes para navidad?
Las herramientas para estimulación sexual datan del siglo VI a.E.C eran los antiguos egipcios quienes utilizaban rocas talladas en forma fálica. No obstante, varios textos señalan que el auge de los juguetes sexuales, en específico los vibradores, se dio en el siglo XIX en la época victoriana como tratamiento médico al denominado problema de histeria femenina o “útero ardiente”. En aquella época se creía que la histeria era producida por una frustración sexual proveniente de un deseo sexual reprimido, el tratamiento propuesto era la estimulación vaginal y labial de las pacientes hasta llegar al “paroxismo histérico”, hoy conocido como orgasmo. Pero lograr que las mujeres llegaran al orgasmo era una tarea complicada, a veces imposible incluso para los médicos más experimentados. Por lo tanto y debido a la gran demanda de procedimientos (una de cada cuatro mujeres decían padecerlo -no nos sorprende la verdad ;)- Fue Joseph Mortimer Granvillequien patentó el primer vibrador electromecánico, primeramente llamado “el martillo de Granville”, el cual lograba su objetivo en menos de 10 minutos.
Pese a que el diagnóstico de la histeria desapareció de los manuales médicos en 1993, el auge del tratamiento trascendió fronteras clínicas, y se comercializó por todo el mundo. Un estudio encontró que los vibradores y dildos son usados tanto por hombres como por mujeres con la misma frecuencia (independientemente de su orienación sexual: heterosexuales, homosexuales o bisexuales2,3). De igual manera, en otro estudio1, se encontró que cerca del 52% de las mujeres encuestadas usan vibradores y de ellas el 83.8 % los usan para la estimulación del clítoris y el 64 % para penetración vaginal y la mayoría de las mujeres reportan haberlos usado para mejorar la respuesta y el placer sexual.
En respuesta a la demanda, en la actualidad se han creado miles de juguetes sexuales con distintos usos, entre los más comunes y divertidos encontramos: anillos y lenguas vibradoras, arnés para vagina, punto G y/o clítoris y para la próstata, bolas chinas, lubricantes y dilatadores anales, látigos azotadores, cremas estimuladoras de pezones, “vaginas en lata” y huevos masturbadores, muñecos inflables, patos de hule para baño con vibradores en su interior, o si te gusta la tecnología ahora puedes descargar aplicaciones con juegos sexuales de mesa, el Kamasutra, dados eróticos o hasta puedes convertir tu celular en un vibrador con solo un toque. Y respecto al presupuesto… pues el rango es amplio, puedes encontrar aceites eróticos y lubricantes desde 2000 pesos (1 dólar) hasta vibradores en oro blanco, con un anillo de diamantes incluido y algunas cosas más por 60.000 dólares (muchos pesos).
Estos juguetes suenan divertidos, pero… ¿Será que perjudican la salud sexual?-si son bien usados- ¡Al contrario! Estudios realizados 4,1,5,6,7 señalan que la masturbación con juguetes sexuales puede incrementar el autoconcepto, la imagen corporal, la autoestima y el placer sexual. Y en mujeres, se ha encontrado que el uso de juguetes sexuales puede aumentar el deseo sexual, la excitación, la lubricación, el funcionamiento sexual en general y puede disminuir la sensación de dolor durante el coito 1,8,3. A su vez, se observó que el uso de juguetes sexuales puede traer beneficios terapéuticos, entre ellos: mejoramiento de relaciones de pareja, ayuda para pacientes con problemas en la libido, víctimas de abuso sexual, personas con problemas de autoestima, con aversiones sexuales o personas con problemas de disfunción sexual debido a edad avanzada, problemas de dolor crónico o cáncer, entre otras8,9,10.
Así que desde el SexLab te animamos a que disfrutes los avances de la tecnología en pro de la salud sexual y te aventures a probar y ¿por qué no? a regalar juguetes sexuales en esta navidad. ¿Qué mejor regalo que una experiencia sexual placentera?
Escrito por Mayra Gómez
Revisado por el SexLab
REFERENCIAS
1Herbenick, D. D., Reece, M., & Hollub, A. A. (2009). Inside the ordering room: Characteristics of women’s in-home sex toy parties, facilitators and sexual communication. Sexual Health, 6(4), 318–327.
2Davis, C. M., Blank, J., Lin, H., & Bonillas, C. (1996). Characteristics of vibrator use among women. Journal of Sex Research, 33(4), 313–320
3Richters, J., de Visser, R., Rissel, C., & Smith, A. (2006). Sexual practices at last heterosexual encounter and occurrences of orgasm in a national survey. Journal of Sex Research, 43(3), 217–226.
4Coleman, E. (2002). Masturbation as a means of achieving sexual health. Journal of Psychology & Human Sexuality, 14(2), 5–16.
5Hurlbert, D. F., & Whittaker, K. E. (1991). The role of masturbation in marital and sexual satisfaction: A comparative study of female masturbators and nonmasturbators. Journal of Sex Education &Therapy, 17(4), 272–282.
6 McFadden, J. (2011). Your daughter’s bedroom: Insights for raising confident women. New York: Palgrave MacMillan
7Shulman, J. L., & Horne, S. G. (2003). The use of self-pleasure: Masturbation and body image among African American and European American women. Psychology of Women Quarterly, 27(3), 262–269.
8 Herbenick, D. D., Reece, M., Schick, V., Jozkowski, K. N., Middlestadt, S. E., Sanders, S. A., et al. (2011). Beliefs about women’s vibrator use: Results from a nationally representative probability survey in the United States. Journal of Sex and Marital Therapy, 37(5), 329–345.
9Fahs, B., Swank, E., (2013). Adventures with the ‘‘Plastic Man’’: Sex Toys, Compulsory Heterosexuality, and the Politics of Women’s Sexual Pleasure. Sexuality & Culture. 17, 666–685.
10Warkentin, K. M., Gray, R. E., & Wassersug, R. J. (2006). Restoration of satisfying sex for a castrated cancer patient with complete impotence: A case study. Journal of Sex and Marital Therapy, 32(5),389–400.
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